Agustus Pitt Rivers |
El uso de las técnicas geofísicas en el campo de la arqueología ganó fuerza en los años después de la Segunda Guerra Mundial (Clark 1990; Gaffeney y Gater 2003; Garrison 2003). Sin embargo, ya durante los años de la decáda de 1930 y principios de los años 1940.
La integración de las técnicas geofísicas en la arqueología, por tanto, empezó en Europa para luego extenderse a las Américas (Garrison 2003). Hoy día la geofísica es utilizada en forma extensa en la arqueología en toda Europa (Barton y Fenwik 2005; Sarris et al. 2004; Von Der Osten-Woldenburg 2005), África (Gaffney et al. 2005; Odah et al. 2005) y más reciente en Suramérica (De la Vega et al. 2005; Lascano et al. 2003,).
Sin embargo el país que utiliza más las técnicas geofíscias en el cmapo de la arqueología es Inglaterra (Clark 1990; Gaffney y Gater 2003), se realizan más de 450 prospecciones por año conducidas por alrededor de 100 arqueogeofísicos en ese país.
A pesar de un inicio medianamente lento, el uso en los Estados Unidos está ganando fuerza por ser más rápido, más bajo en costo que los estudios arqueológicos comunes y sobre todo por los avances en la tecnología de interpretación de los datos recolectados. Ese lento inicio se basa parcialmente en los tipos de hallazgo encontrados en Norteamérica versus las estructuras masivas de piedra que son normales en Europa.
La primera prospección geofísica en los Estados Unidos con el fin de detectar rasgos arqueológicos fue conducida el 3 de noviembre de 1938 (Bevan 2000; Gaffney y Gater 2003). El estudio fue hecho en la ciudad colonial de Williamsburg por el geofísico canadiense Mark Malamphy.
En los últimos 10 años, el uso de métodos geofísicos en otras partes de América continúa aumentando. Varios proyectos, particularmente en Argentina, Perú y Brasil, están aprovechando la utilidad de dichos métodos como una herramienta de planificación de excavación y levantamiento de planos de sitios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario