La geofísica de prospección

En su libro, Techniques of Archaeological Excavation, Peter Barker menciona que "El suelo es un documento histórico y como un testimonio escrito, tiene que ser descifrado, traducido e interpretado antes de que pueda usarse" (Barker 1995:12). Los métodos geofísicos son una manera bastante efectiva de aprovechar este "documento" para contestar algunas preguntas de investigación. Sin embargo para usar la geofísica como parte de un esquema de investigación, primero debe entenderse cómo funcionan los métodos. 
Desde el punto arqueológico, cada método tiene sus fortalezas y sus debilidades. A pesar de que ambos han tenido mucho éxito en el campo de la arqueología, la magnetometría de protones actualmente ha sido remplazada con métodos magnéticos más efectivos.

Al igual que mide las propiedades físicas del suelo, la geofísica también puede medir las propiedades físicas de los rasgos arqueológicos, por lo que algunos de los métodos existentes tiene mayor utilidad en el campo de la arqueología por la efectiva profundidad y los tipos de rasgos culturales que pueden detectar. 

Los métodos de prospección geofísica se clasifican en 2 grupos básicos; pasivos y activos. Los métodos pasivos realizan mediciones de las propiedades físicas intrínsecas del subsuelo sin introducir una señal artificial (Garrison 2003 y Kvamme 2005, 2006). Entre los métodos pasivos utilizados en la geofísicas, el que tiene un uso más extenso en la arqueología es la magnetometría. Por su parte, el grupo de de métodos geofísicos activos mide la respuesta del subsuelo a la excitación previa, como por ejemplo una corriente eléctrica o la generación de ondas sísmicas. 


Ejemplo de rasgos arqueológicos y su detección con la resistividad eléctrica y la magnetometría (basada en clark 1990: 125-127, figura 93).



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